domingo, 21 de noviembre de 2010

MI ULTIMO ADIOS AL MAS GRANDE: FREDDY BERAS GOICO.

Una de mis asignaturas favoritas cuando estaba en la escuela fue siempre la historia, pero de un tiempo a esta parte, me he dedicado a estudiar sólamente la historia dominicana que pertenece a lo que muchos historiadores llaman LA QUINTA REPUBLICA, es decir, a partir de la muerte de Trujillo en adelante, después del 30 de mayo del 1961 a nuestros días, porque entiendo que es la historia que parcialmente he visto y además, ese pasado reciente tiene mucha incidencia en nuestro presente por lo que definitivamente me resulta más interesante que el pasado remoto. En nuestro país, después de la muerte de Rafael Leonidas Trujillo Molina, han fallecido muchos grandes hombres, pero de todos ese grupo de prohombres es importante señalar a tres personajes que gravitaron en nuestra historia y que siguen teniendo mucha incidencia en nuestra sociedad, que a pesar de que físicamente no están, todavía son tomados por oportunistas, como portadores de sus ideales, para persuadir a sus ignorantes seguidores ( De Peña, De Bosch y de Balaguer) a seguirlos, estos tres paradigmas y líderes de sus respectivos partidos políticos, fallecieron en estas fechas: Peña Gómez, el más joven de los tres, paradógicamente fue el primero en despedirse, murió un 10 de mayo del 1998, El ilustre profesor Juan Bosch murió un 1ero. de noviembre del 2001, y Joaquín Balaguer el primero en haber nacido, se despidió del mundo un 14 de julio del 2002.

Hago referencia a estas tres gigantes figuras dominicanas para que ustedes tengan una idea del acontecimiento que hoy estamos viviendo, fíjese una cosa, cuando murió El Dr. José Francisco Peña Gómez, sin lugar a dudas fue un golpe bien duro para la sociedad dominicana; con la partida de Peña Gómez, murió la esperanza de todo un pueblo que visualizaba este hombre como su redentor, un segmento poblacional que se identificaba con sus ideas, una parte del pueblo que entendía que el PRD, no había llegado al poder, porque este hombre era el auténtico representante del PRD y con un nudo en la gargante a una gran parte del pueblo se le quedaron truncados sus sueños de vivir el programa de gobierno del Dr. PEÑA GOMEZ, aquella política que se fundamentaba en PRIMERO LA GENTE, pero por otro lado hubo personas que hipócritamente se presentaron a la televisión con el rostro compungido, diciendo que estaban tristes, pero en su intimidad, brindaron con champagne la partida del líder del PRD, porque entendían que Peña significaba una amenaza y que no era justo que un descendiente de haitiano ostentara la primera magistratura del Estado, o sea, que su muerte trajo sentimientos encontrados de una profunda tristeza y también de una gran alegría.

Cuando murió el profesor Juan Bosch Gaviño, el más grande dominicano del siglo pasado y el fundador de los dos grandes partidos mayoritarios de nuestro país, el PRD Y el PLD, un hombre al que definitivamente sus ideas políticas cuando fue presidente en el 1963, estaban por encima del desarrollo del dominicano y que a pesar de escribir de una forma tan diáfana sus libros, no fue comprendido por gran parte de la población y que lamentablemente padecía del mal de alzheimer al momento de su partida y por lo tanto, no tenía incidencia en la vida pública del país, de manera que su muerte llenó de luto una gran parte de la población, pero hubo un segmento poblacional para el que la muerte de Bosch, el dominicano más honrado e íntrego del siglo XX, les resultó indiferente.

Mientras, que al morir Joaquín Balaguer, escritor, político, fundador del partido reformista en el 1963 en Puerto Rico, sus seguidores quedaron presos de la congoja y hasta de la sorpresa, pues muchos tal vez creyeron que Balaguer era tan inteligente que podría ser inmortal; era definitivamente un líder, pero construyó ese liderazgo a base de represalias, retaliaciones a sus adversarios y oponentes al régimen y sobre todo, en su último período de diez años, irrespetó la voluntad del pueblo, se burló de ella en el 1990 haciendo víctima de esa burla a Juan Bosch y en el 1994 haciendo víctima en esa ocasión a Peña Gómez, de modo que cuando murió, mientras unos lloraban su muerte, otros celebraban con alegría y vieron esa fecha como el punto de partida para comenzar a que se respetara la voluntad de pueblo y vieron en ese final, el fín del caudillismo y el totalitarismo en nuestro país.

Estos tres hombres, que escribieron páginas doradas de nuestra historia, se fueron, Peña que era un orador aguerrido, con una amplia cultura y fogueado como el que más en cualquier tribuna, dejó tras su partida tristezas y alegrías, por otro lado, Bosch el gran maestro de la organizacion dejó tristezas e indiferencias y por último, Balaguer, el hombre de baja estatura física y de discursos inentendibles para una sociedad de analfabetos, al igual que Peña y todos los grandes hombres, despertaron las pasiones en sus seguidores y no pasaron desapercibidos ni provocaron indiferencias, dejó tras de su muerte mucha tristeza paro muchos y alegrías en aquellas personas que por su culpa de alguna forma le fue mancillada su dignidad.

Hoy 21 de noviembre del 2010, al momento de escribir esta nota, sería el cumpleaños número 70 de Don Freddy Beras Goico y paradógicamente hoy nos corresponde darle cristiana sepultura, el gobierno dominicano ha declarado por medio del decreto número 648-10 día de duelo nacional por lo que la Bandera Dominicana va a ondear a media asta en las oficinas públicas y permítanme decirles que este hombre que no fue in líder político, todo lo contrario, rechazó en reiteradas ocasiones ofrecimientos de candidaturas,  Pero no obstante a eso hoy no sólamente ondea a media asta la bandera, sino que están también a media asta nuestros corazones y también la esperanza; no estamos despidiendo a un dominicano cualquiera, este acontecimento de hoy es de mucho más trascendencia histórica que la muerte de Peña, Bosch y Balaguer, pero no sólamente eso, sino que es la despedida más grande que haya recibido y va a recibir dominicano alguno. ¿Por qué digo esto?, por una razón muy sencilla, hoy está de luto el país entero, hoy no hay espacio para un sentimiento de alegría, hoy no hay lugar para del desamor, porque están de luto los peledeistas, reformistas y perredeistas, hoy están de luto Corazones Unidos y la Fundacion el Gordo de la Semana; hoy están de luto más de diez millones de personas, desde quien acaba de nacer, hasta el más viejo del país, hoy se está despidiendo un hijo, un hermano, un amigo, un Padre de la Patria, un hombre que por espacio de cuarenta y ocho años entró a nuestros hogares a orientarnos, a insultarnos y regañarnos cuando nos comportábamos como antisociales, un hombre que nos llevó risas, alegrías, pero que por su emotividad supo también llorar junto a nosotros en los momentos que atravesábamos por momentos difíciles, en los momentos que había que ayudar a alguien y una persona aparecía con la donación, lloraba de alegría y de impotencia frente a las cámaras, sin ocultar el hombre altruista y el niño emotivo que llevaba dentro, por eso, hoy está de luto el blanco, el negro, el mestizo, el limpiabotas, el motoconcho, el empresario, el poeta, el escritor, el analfabeto, el sordo, el mudo, el ciego, el presidente, el mendigo, el arte, la risa, el canillista, el chofer de guagua, el yunyunero, el yaniquequero, el ruiseñor, el cielo que cubre esos 48,442 kilómetros cuadrados de la República Dominicana, los mares que bañan nuestra isla, las rosas, las azucenas, las palomas, el ruisenor, las montañas y las cordilleras, en nuestro país no hay un dominicano que no sienta que Freddy era un familiar o un amigo, y cuando un amigo se va, no sólamente queda “el espacio vacío” como dice Alberto Cortés, sino que también muere parte de nosotros, sí, hoy todos estamos enterrando parte de nuestra propia existencia, hoy se nos fue el líder defensor de todos, el que le daba un boche a cualquiera, desde el camarógrafo que no era perfeccionista en su trabajo, hasta al jefe de la policía y al Presidente de la República, hoy están de luto no sólamente los dominicanos que están en el país, no, también los que estamos en Estados Unidos, Puerto Rico, América del Sur y gran parte de Europa, donde quiera que haya un dominicano que ame su patria y que sienta con orgullo la dominicanidad, orgullo que se hace más hondo, más profundo, más excelso, más sublime en la lejanía, es difícil no dejar escapar una lágrima para decirle adiós a este gigante. ADIOS DON FREDDY BERAS GOICO. 

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